jueves, 20 de octubre de 2011

¿Y si aún me siento a esperarte?

El olvido está hecho de la misma esencia del recuerdo,
tiene sus mismas caras, sus olores, sus jirones…
Es una cuerda de la que se estira de ambos lados,
pero en la que alguien deja de asir y,
al otro extremo,
alguien cae.

En el vacío.
En el silencio.
En la nada.

Y tiene que guardar sus lágrimas,
ocultar los arañazos, los pedazos de expectativas,
los sueños, las voces, los días, las hojas y los cuadernos…
en una celda que huele a vino dulzón y caliente,
que no se bebe,
vinagre.

Es el vacío.
El silencio.
La nada.

Que te golpea con furia cuando sigues apretando tu lado de la cuerda,
henchida, desgatada, húmeda,
que se deshace en las manos…

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