jueves, 14 de abril de 2011

Me abrazo las rodillas

Tengo un jardín en la terraza, lleno de bombillas apagadas en macetas.
Las miro cada día, esperando que crezcan y florezcan, dándome luz.
Les hablo y, de vez en cuando me parece ver un destello…
Luego me doy cuenta que es el reflejo de mi cara paliducha

Pero es tarde, ya se me ha hecho un nudo en el estómago.

Hay quien cuida plantas, o tiene alguna mascota…
Yo soy la dueña de lo inútil.

Supongo que mi mundo parece inerte y frío, muerto.

Respiro, de forma lenta y difícil, como dicen los libros y,
aunque miro complacida mi jardín
-ego-
Sé que sólo yo veo mis dibujos.

Trago saliva  -amarga pregunta: ¿no me ves?-

sábado, 9 de abril de 2011

Babel

Todo igual.
Sus miedos.
Sus gritos.
Indefensa,
Hiriente.

Todo igual.
Nuestros miedos.
Los gritos.
Indefensos.
Hirientes.

Palabras que no se dicen.
Lágrimas que se esconden.

Y ojos tristes.
Pozos oscuros.

Abrazos que no llegan.
Reproches.

Dolor, profundo.

Lazos, sogas, arena.

Y silencio. Siempre. Silencio.

Caretas.

Abril seco

Gota a gota, se filtra la sal.
Demasiadas lágrimas.

Por más que empuje,
la herrumbre  avanza.

Pongo mis manos, pequeñas,
como un paraguas…
Hay más manos, y gritos, y truenos.

Quiero estirar mis brazos,
como una ola imparable,
estampida silenciosa.
Me contengo.

Siempre.

Quieta.

Muerta.

viernes, 8 de abril de 2011

No te valgo la pena

Cuando caiga y me sangren las rodillas
al huir del tiempo, estaré sola.

Cuando el lobo aúlle
y yo tiemble de miedo, estaré sola.

Mis dibujos saldrán corriendo,
detrás de ti,
acompañando tu retirada.

Me arañaré la cara.

No habrá huellas.
No será París,
ni habrá aguaceros.

Puedo inventar cuentos de dragones,
escondidos en cuevas insondables.

Puedo crear puentes imposibles,
y brujas enamoradas de orcos.

Pero cuando miro alrededor,
con las bombillas en las manos,
no hay nadie.

Nadie, y me refiero a ti.

Se caen los segundos de mis dedos,
como torrentes rabiosos,
me hacen daño.

Me caigo, huyendo del tiempo.
Se oye al lobo y tengo miedo.

Las lágrimas que no se vierten,
dejan rastro, son cuchillos
que escuecen cuando hace sol.

Puedo ponerme caretas,
y sonreír al vacío.

Puedo bromear mientras tiemblo,
y jugar a ser el payaso.

Pero cuando miro alrededor,
con las bombillas en las manos,
no hay nadie.

Nadie, y me refiero a ti.

martes, 5 de abril de 2011

Trago amargo

Mi tierra está seca, mi vientre estéril.
Pían los pájaros.

Lo que siento se deshace a jirones.

Demasiado ligeras son las palabras,
imposible guardarlas. Son mentiras.

No hay sangre, no hay gritos, no hay lágrimas.
Pían los pájaros.

Otro trozo maltratado de mí,
que cae por la ventana.

¿Será tiempo de cambiar de maceta?

domingo, 3 de abril de 2011

quién

Y dime, ¿quién está cosiendo tus segundos? ¿quién guarda cada instante en gotitas brillantes? ¿quién? ¿quién? ¿quién?

es abril

Esta ventana está descolorida, no es que me moleste demasiado, es sólo que es domingo y, siempre, tienen ese sabor raro, como de no acabar de terminar, como de no acabar de empezar.
No tiene sentido, pero las cosas que me importan son pequeñas, aunque tú seas gigante; supongo que tiene que ver con el tamaño de mis manos.
Ahora mismo soy una gelatina de limón, crepitante y medio fluorescente. Tiritona.
Tengo ganas de sentarme al sol, sin nada que hacer o pensar, más que ver cómo caen sobre mí sus rayos, como baila el aire, como pasan las nubes buscando formas…  también podría estar mirando como respiras, contando tus pestañas…
pero hoy está nublado, y tú no estás.