viernes, 5 de agosto de 2011

Si he de temblar que sea de frío y no de ausencia.



 El hambre que siento me vacía por dentro,
dejándome hueca, muerta.

No sé si al final, al dejar caer todo,
la balanza me asestará un golpe de gracia,
brillando y burlándose de mí.

Y mientras, aquí seguimos, mis miles de yo,
encogidas pese al húmedo calor…

Hay tantas cosas que no deberían importar,
y sin embargo están aquí,
lanzándose camicaces una y otra vez,
embistiéndome sin compasión.

Tantos golpes de aire.
Tanta lluvia en días de sol.
Tanto que decir perdiéndose en el silencio.

Y mi piel.

Ya queda poco de mí, de mi inmensa yo,
de los pájaros de mi cabeza,
de mis palabras...

Dime… ¿para  qué seguir cosiendo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario