jueves, 3 de marzo de 2011

Deseo

Tu voz, grabada en mi memoria, aún me estremece.
Es una suave brisa de noche calurosa de verano, 
una ensoñación, que canta palabras medio susurradas.

Un recuerdo frágil y tierno, que abrazo con mimo, para que no se quiebre.
Que guardo, mío. Y tuyo, si lo recuerdas y lo meces como yo lo hago.

Delicado.

Desdibujado, de tanto que lo he ido remendando, en la ausencia.
Doloroso, porque por mucho que lo acune, 
no es más que un eco lejano de ti.

¿Cuándo digo tu nombre, me oyes?

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