viernes, 8 de abril de 2011

No te valgo la pena

Cuando caiga y me sangren las rodillas
al huir del tiempo, estaré sola.

Cuando el lobo aúlle
y yo tiemble de miedo, estaré sola.

Mis dibujos saldrán corriendo,
detrás de ti,
acompañando tu retirada.

Me arañaré la cara.

No habrá huellas.
No será París,
ni habrá aguaceros.

Puedo inventar cuentos de dragones,
escondidos en cuevas insondables.

Puedo crear puentes imposibles,
y brujas enamoradas de orcos.

Pero cuando miro alrededor,
con las bombillas en las manos,
no hay nadie.

Nadie, y me refiero a ti.

Se caen los segundos de mis dedos,
como torrentes rabiosos,
me hacen daño.

Me caigo, huyendo del tiempo.
Se oye al lobo y tengo miedo.

Las lágrimas que no se vierten,
dejan rastro, son cuchillos
que escuecen cuando hace sol.

Puedo ponerme caretas,
y sonreír al vacío.

Puedo bromear mientras tiemblo,
y jugar a ser el payaso.

Pero cuando miro alrededor,
con las bombillas en las manos,
no hay nadie.

Nadie, y me refiero a ti.

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